Municipios ponen a prueba sus niveles de probidad: ven avances, pero también identifican áreas a mejorar

En los últimos meses la corrupción ha sido un tema que ha llegado a preocupar a la opinión pública del país. Situaciones como la de Democracia Viva, que gatilló la polémica con las fundaciones y las gobernaciones; así como delitos tributarios -caso audios, por ejemplo-, han generado que la ciudadanía mire con ojos cada vez más críticos el desempeño de entidades públicas y privadas.

Y para hacer frente a esta problemática, y demostrar que hay interés en hacer las cosas bien, recientemente nueve municipalidades se sometieron al Barómetro de Valores e Integridad. Este se trata de un instrumento desarrollado por la Fundación Generación Empresarial (FGE) que busca medir la definición, vivencia y comunicación de -como lo dice su nombre- valores en la organizaciones, el conocimiento de herramientas de prevención de conductas antiéticas, la presencia de conflictos éticos y vivencia de los valores, la percepción sobre el nivel de compromiso de los liderazgos y los impactos en la competitividad derivados del comportamiento íntegro.

De ahí que la presidenta de FGE, Janet Awad, valora la decisión de las alcaldías, pues en su opinión “resulta clave mirar y evaluar su actuar desde la óptica de la integridad y las buenas prácticas, revisión que cobra especial sentido en el contexto actual, en que estos temas se han visto fuertemente amenazados”.

Los municipios de Sierra Gorda (región de Antofagasta); Lo Barnechea, San Ramón, San Joaquín, Isla de Maipo, Renca y Peñalolén (región Metropolitana), Rancagua (región del Libertador Bernardo O’Higgins) y Fresia (región de Los Lagos) fueron los que se sometieron -de un total de 345 en el país- a la medición. Y si bien a nivel general los resultados fueron positivos, la fotografía arrojó que aún hay desafíos pendientes.

De acuerdo al sondeo, que contestaron más de 1.500 funcionarios de estas entidades, un 63% afirmó que su municipio tiene valores establecidos y los promueve. Además, un 68% dijo que se siente identificado con ellos.

La medición también arrojó que un 84% aseguró que nunca se ha visto presionado a transgredir valores o principios éticos en su municipio. Sin embargo, un 12% tiene la duda si lo que vivió fue una presión o no.

Foto: Julio Castro

“Hay que ser conscientes de que de nada sirven los códigos de ética, los modelos de prevención de delitos y otras herramientas de compliance si los líderes no ejercen la integridad dando el ejemplo”.

Janet Awad, presidente FGE

La tarea pendiente

Al profundizar en la capacitación que reciben los funcionarios municipales sobre los temas relacionados con la integridad, el sondeo arrojó que en este aspecto todavía hay camino por recorrer.

De hecho, solo un 37% de los encuestados dijo haber participado en algún entrenamiento o capacitación presencial o virtual sobre valores, comportamiento ético o códigos de conducta en su municipio.

Para Awad, este resultado refuerza la necesidad de avanzar en estrategias claras para la implementación de medidas y herramientas, así como capacitaciones y actividades formativas.

“Pero siempre hay que ser conscientes de que de nada sirven los códigos de ética, los modelos de prevención de delitos y otras herramientas de compliance si los líderes no ejercen la integridad dando el ejemplo, fijando el tono desde la cima para que este eco baje y se amplifique, permeando a las personas e instalándose en ellas”, recalcó.

Justamente relacionado con este tema, la medición también arrojó que un 50% de las personas encuestadas afirmó que las autoridades, directores y/o jefaturas actúan de acuerdo con los valores institucionales, mientras que el 29% no lo sabe.

En esa línea, solo un 35% de los participantes definió como alto el compromiso de las personas que trabajan en la municipalidad con los valores y el comportamiento íntegro.

Para Awad, estos datos son un llamado de atención a tomar conciencia respecto de cómo se hacen las cosas. “De eso se trata la integridad, concepto que no es más que una palabra inspiradora si quienes dirigen las municipalidades no asumen un rol activo para transformarla en acción, impulsando políticas y procedimientos preventivos que tienen que ser supervisados e ir aparejados de castigos ejemplificadores”, sostiene.

El sondeo también permitió identificar que 219 funcionarios han presenciado transgresiones a la integridad dentro de sus municipios. De ellos, el 52% no lo reportó, y un 18% lo intentó resolver personalmente.

Los principales motivos para no denunciar la transgresión fueron: dudas respecto a si la acción tendría algún efecto; temor a posibles represalias; y desconfianza en la confidencialidad de los sistemas de reporte.